Autora: Roxana Hernández
Si el hombre es el sujeto de la historia, los hechos conforman el objeto de estudio de la misma; pero no cualquier hecho, sino aquellos considerados trascendentes para la humanidad o para un grupo representativo de personas.
Si el hombre es el sujeto de la historia, los hechos conforman el objeto de estudio de la misma; pero no cualquier hecho, sino aquellos considerados trascendentes para la humanidad o para un grupo representativo de personas.
Al hablar de trascendencia nos referimos a la cantidad y calidad de hechos que derivan a su vez de un hecho histórico. Nos referimos a ello en términos de mucha o poca importancia.
En la Historia no todos los hechos tienen igual trascendencia o importancia. Por eso será la trascendencia el elemento indispensable para catalogar un hecho y reconocerlo como más o menos importante.
A simple vista, suena fácil evaluar la importancia de un hecho histórico, pero a veces no resulta tan sencillo. Veamos algunos ejemplos para clarificarlo:
- A simple vista una batalla es más importante que una canción, pero si la canción es la Marsellesa, encierra un significado histórico considerable, porque pasó de ser una canción creada en un campo de batalla a convertirse en el Himno Nacional de Francia, del mismo modo que sucedió con: El Wilhelmus van Nassaue, que se convirtió en el Himno de Holanda y Países Bajos, o el Deutschland über alles, que se convirtió en el Himno de Alemania.
- A simple vista también, un clavo no tiene mayor importancia histórica que el personaje que participó en una batalla; pero esa perspectiva cambia cuando al soltarse ese clavo de la herradura del caballo que el personaje montaba, ocasiona su muerte a manos del enemigo y la consiguiente pérdida de la batalla. Un hecho similar es inmortalizado por William Shakespeare en los siguientes versos:
Por falta de un clavo se perdió una herradura,
por falta de una herradura, se perdió un caballo,
por falta de un caballo, se perdió una batalla,
por falta de una batalla, se perdió un reino.
por falta de una herradura, se perdió un caballo,
por falta de un caballo, se perdió una batalla,
por falta de una batalla, se perdió un reino.
Los versos hacen referencia a la Batalla de Bosworth, uno de los episodios culminantes de la Guerra de las dos Rosas, en la que Ricardo III de la Casa de York, el último de la dinastía de Plantagenet, enfrentó a Enrique Tudor, conde de Richmond, que más tarde sería Enrique VII, para decidir quién gobernaría el reino. Llegada la mañana de la batalla, el herrero de Ricardo no tenía suficiente hierro para herrar el caballo del rey, por lo que tuvo que adaptar un trozo de hierro y fabricar con él las cuatro herraduras. Las herraduras se hicieron, pero el hierro no alcanzó para los clavos, por lo que una de las herraduras quedó mal ajustada; siendo que, en plena batalla, cuando Ricardo espoleó su caballo contra Enrique, la herradura se soltó, el caballo tropezó, el rey cayó al suelo. Al ver su situación, Ricardo empezó a gritar: “Mi reino por un caballo”, pero algunos de sus hombres habían empezado a huir y no hubo ningún caballo para él. De ese modo, el rey fue fácil presa de los enemigos. Muerto el rey, la batalla fue ganada por Enrique. Ésta fue la última batalla de la Guerra de las dos Rosas y después, gobernó Enrique, quien dio inicio a la dinastía Tudor.
- Al parecer los clavos tienen más importancia de la que se aprecia a simple vista, pues en el libro Guía de los Estudios Universitarios se comenta otro hecho relacionado con clavos y su papel determinante en la historia. Este relato se refiere a uno de los correos de Napoleón antes de la Batalla de Waterloo, que debía ser entregado el General antes de la batalla, pero no se pudo pues, al caballo del mensajero se le aflojó un clavo y tuvo que ir donde un herrero para que se lo ajustara, con la consiguiente pérdida de tiempo. De ese modo Napoleón se enteró tarde de que las fuerzas de Blücher se aproximarían por la derecha y de que debía evitar a toda costa enfrentarse a Wellington, pues la batalla había empezado 1 hora antes que llegara el mensajero. La Batalla de Waterloo, es considerada como una de las batallas más importantes de la historia, pues puso fin a la Edad Moderna.
- O también podemos decir que un estornudo no es un hecho histórico, así provenga de un rey; sin embargo, si nos situamos en la sociedad francesa del siglo XVIII, podemos hallar un ejemplo de lo meticuloso del protocolo cortesano en la costumbre de inhalar el rapé (tabaco molido y aromatizado para ser inhalado, que, siendo de procedencia americana, se convirtió en un símbolo del lujo y la buena vida en los círculos aristocráticos de la sociedad europea del siglo XVIII), después de lo cual, era signo de buena educación y fineza estornudar tres veces; no dos, porque era considerado insuficiente; ni cuatro, porque era considerado de mal gusto, sino tres. En un contexto tan concreto como el mencionado, se entiende que un estornudo sea un elemento interesante para el estudio histórico, pues nos habla sobre usos y costumbres de una época caracterizada por la lucha entre tradiciones de este tipo, características de los miembros del Antiguo Régimen, y el cambio, representado por la lucha contra esas tradiciones.
De todo esto se concluye que hechos insignificantes pueden tener repercusiones inmensas. Pero también se da el caso contrario, en que hechos aparentemente decisivos, después de acontecidos, no aportan nada sustancial ni determinante en el devenir histórico. Hace años un literato francés realizó un experimento periodístico, redactando noticias del pasado, tal como hubieran aparecido publicadas si hubiera habido periódico en la Edad Antigua, según la importancia que se les hubiera dado en esa época; y, como resultado se podían apreciar dos titulares de hechos casi simultáneos, significativos al ser comparados:
- ¡EL IMPERIO ROMANO EN PELIGRO! “El general Agripa se dispone a salir para contener la invasión de los cimbrios y teutones. Se aproximan días decisivos”. Finalmente la temida invasión quedó en nada, pero el Imperio en esos días estuvo muy conmocionado frente al peligro que eso representaba.
- “Agitador detenido y muerto en Palestina” La noticia se refería a un tal Jesús de Galilea, que, según ciertas versiones, se dedicaba a alborotar al pueblo, hasta llegar a proclamarse rey de los judíos, razón por la cual el procurador de Judea, Pilato, le había hecho crucificar, tras lo cual “la calma más completa reina en todo el reino”. Lejos estaban de notar en ese momento, que aquel hecho en apariencia intrascendente, cambiaría para siempre la historia de la humanidad.
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